¿Que si el proceso de paz ha servido?, ¿que si están haciendo algo los miles de excombatientes agrupados en las diferentes zonas de reincorporación?, ¿qué si están comprometidos con su nueva vida?
La repuesta a estas preguntas, por lo menos desde el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) Héctor Ramírez, en la vereda de Agua Bonita, del municipio de La Montañita (Caquetá), es un rotundo sí.
Allá, 200 familias de exFarc están saliendo adelante gracias a una planta despulpadora de fruta, un proyecto productivo que se une a otros de piscicultura, turismo, ebanistería, sastrería, panadería, entre otros, que les están cambiando la vida.
Así funciona
Hace un año y medio, se empezó a construir la despulpadora. Para ello, fue necesaria una inversión y un acompañamiento, que llegó de la mano del Fondo Europeo para la Paz y su Proyecto Territorios Caqueteños Sostenibles.
Con ese programa, el Fondo Europeo busca contribuir a la consolidación de la paz en Colombia a través “del mejoramiento de las capacidades locales para la producción, transformación y la comercialización de productos promisorios de la región”.
También han dado apoyo el Instituto Marquês de Valle Flôr (IMVF) y la Red ADELCO, así como la propia ONU.
Con la despulpadora, que fue inaugurada a comienzos de julio, los excombatientes podrán aumentar la productividad y comercialización de frutas como piña, maracuyá y guanábana.
El proyecto permite un aprovechamiento de las cosechas casi que en su totalidad y hay que decir que la producción es muy alta: solo en el 2018, la recolección piña alcanzó más de 350 toneladas.
“Nos vamos a beneficiar mucho, no solo nosotros los exguerrilleros sino las comunidades que nos rodean en este espacio”, contó Rubián Rubiano Ramírez, un excombatiente.
¿Y cuál será ese beneficio para las comunidades?, se preguntó. “Ellos cultivan sus frutas y las traen aquí a la planta, donde las vamos a transformar en mermeladas, en compotas, en néctares, arequipes y hasta en crema de whiskey artesanal. ¡Estos son los productos de la paz!”, respondió Norberto Rivera, otro excombatiente.
Las autoridades también reconocen que la despulpadora permitirá una mayor integración de los excombatientes a la sociedad.
“Han demostrado su compromiso con la paz y se están integrando con veredas vecinas. Eso es bueno para todos”, señaló Francisco García, director del Fondo Europeo para la Paz.
La despulpadora le permite vivir dignamente a 220 familias de excombatientes.
Una visión interna
Betsy Ruiz, excombatiente, asesora de género en el ETCR Agua Bonita y presidenta de la cooperativa Coombuvipac, por la cual se pudo inaugurar la planta, cree que la despulpadora representa la transformación que han vivido.
“Nos ha dado una visión económica que queremos implementar en el territorio: es un proyecto de todos y para todos, queremos que la gente lo conozca y se enamore de él. Y nosotros debemos seguir formándonos, aprendiendo siempre”, afirmó.
Federico Montes, exguerrillero y coordinador del ETCR Agua Bonita, cree que la despulpadora es la base del proyecto de sociedad que están construyendo.
El Fondo Europeo para la Paz tiene 25 proyectos para fortalecer la paz en Colombia.
“El éxito de nuestro espacio es mantener una dirección cohesionada: todos trabajamos en todas las responsabilidades, así avanzamos y nos transformamos”, aseveró.
Tiene claro que hay muchas dificultades por delante, “pero si nos mantenemos unidos, con la actitud, superaremos lo que sea”.
El excombatiente Miguel Timaná, por su parte, resaltó que el proyecto es muy importante porque los motiva a seguir adelante.
“Nos da garantías para seguir con el proceso de reincorporación y al mismo tiempo para el desarrollo de nosotros mismos. Nos ayuda a seguir trabajando por la paz”, acotó.
el Fondo Europeo, el Instituto Marquês de Valle Flôr (IMVF), la Red ADELCO y la ONU han apoyado el desarrollo de la despulpadora.
Esos programas hacen presencia en 74 municipios de 16 departamentos, con los que se ha logrado estimular la actividad económica, la productividad, la presencia del Estado y la reconstrucción del tejido social.
FUENTE: EL TIEMPO